La metamorfosis de Mercedes Milá

¿Quien la ha visto y quien la ve? Mercedes Milá que comienza en la televisión en 1982 con programas como "Buenas noches" y "Jueves a Jueves", en los que consiguió despertar admiración por sus excepcionales entrevistas y emerger como una de las grandes periodistas de este país, hay que ver en lo que se ha convertido a día de hoy.

 En una entrevista  en el diario El Mundo tras su periplo en el Reino Unido a finales de los ochenta decía textualmente: " Lo de batir audiencias pertenece al pasado. Ahora, con tantas televisiones, autonómicas y privadas, el público está muy repartido. Hay que olvidarse de esas audiencias millonarias que teníamos antes porque ya no se van a repetir. En cualquier caso, no pienso hacer ese tipo de periodismo brutal o sangrante, que ahora se lleva, para ganar un sólo espectador más o por robar audiencia a nadie. Haré periodismo como el que se hacía antes, e intentaré, por encima de todo, que sea honesto".

Dicho y hecho,pero al contrario. Desde el año 2000 que comienza a presentar el "reallity-bodrio" Gran Hermano hasta ahora ha ido de mal en peor. Primero su particular y excentrica forma de vestirse que no deja indiferente a nadie, luego sus urgencias miccionales en la ducha,  comentarios fuera de tono en plató, y lo último, en la última gala se dejo tocar un pecho por un concursante y luego le enseño el culo levantándose la falda. ¿Se puede caer más bajo?

Casi acierta con lo que pregonaba en su entrevista en El Mundo. No se que entiende por hacer el periodismo de antes y que este sea honesto, pues hace justo lo opuesto.Decía que no haría periodismo brutal o sangrante, pues más brutal y sangrante que ver el culo de esta mujer hay pocas cosas.

Una lastima haya podido caer tan bajo con lo que prometía.Creo que en este país no nos merecemos estos periodistas ni tampoco esta televisión que tenemos. No es bastante con tener a tanto personaje en la clase  política, para que encima también en el periodismo. ¿Qué hemos hecho para merecernos esto? Será un castigo divino. Pues en ese caso, como se suele decir, que venga Dios y lo vea, a ver cuanto aguanta.