Fotografía facilitada por el Ministerio de Interior de Dusseldorf que muestra una vista aérea del recinto donde se celebró la Loveparade, en Duisburgo, el pasado 24 de julio de 2010,en la que se ve que no cabía un alma,nunca mejor dicho.
Políticos y ciudadanos apremian al alcalde de Duisburgo a asumir su responsabilidad en la tragedia del festival tecno, mientras el aludido niega haber firmado el permiso para la multitudinaria fiesta en la que murieron 21 personas.Lo que es claro que alguien tuvo que firmar la autorización del evento, y aunque no fuera el,es el máximo responsable.
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