DISTINTA VARA DE MEDIR

Supongo que estaréis enterados de la noticia, pues ayer la dieron por radio, televisión y hoy esta en prensa. Se trata de un conductor de autobús que transportó a 53 jubilados de Valencia a las Rías Baixas, sin carné para este tipo de vehículos, y fue detenido el pasado viernes en un control rutinario de tráfico de la Guardia Civil.

El conductor admitió que no posee -ni poseyó nunca- el carné de autobús y que en realidad sólo cuenta con la licencia de ciclomotor. Tras someterse a un juicio rápido tendrá que abonar una multa de 4.380 euros por un delito contra la seguridad vial y tendrá que realizar cuarenta días de trabajos en beneficio de la comunidad.

El propietario de la empresa que contrató a Rafael López Pradas, no termina de creérselo ya que, según dice, este conductor gozaba de gran prestigio tras pilotar autocares "toda la vida”. Aquí la cuestión del caso. Se trata de una persona que desde hace muchos años esta ejerciendo intrusismo (ejercicio de actividades profesionales por persona no autorizada para ello, según la Real Academia de la Lengua) y sólo es sancionado por delito contra la seguridad vial.

Si hubiese tenido un accidente con un gran numero de victimas,¿se habría juzgado igual? o la presión popular hubiera producido una sentencia distinta. Me parece vergonzoso que, por poner el ejemplo más claro, una persona que ejerza de médico sin tener la titulación sea considerado intrusismo y juzgado como tal y un conductor de autobuses sin carnet (ni tan siquiera de coche) sólo se considere delito contra la seguridad vial. En ambos casos hay muchas personas que pasan por sus manos y son ajenas a la situación, pudiendo ser victima “inocentes”.

Por otra parte, la responsabilidad o culpa también debía ser para quien los contrata sin asegurarse de que tiene el carnet o titulación necesaria para el desempeño de la actividad para la que se le requiere. Parece mentira la burocracia, innecesaria muchas veces, que existe en nuestro país para trámites de rutina y el poco control que se hace por parte de los empresarios y de la administración en estas contrataciones.

Lo mío no son las leyes y ciertamente no se que pena debería de ser la más justa para este caso. Pero si me parece lamentable la distinta vara de medir que se utiliza en los distintos casos. Y no digo con esto que sea culpa de los jueces, los cuales se limitan a aplicar una ley mal elaborada en muchos casos y con lagunas. Pues señores gobernantes además de la crisis encargense de modificar un poco las leyes de este país que buena falta les hace.