Un grupo –ignoro si muy nutrido– de musulmanes residentes en comarcas leridanas como Segarra o Urgell y, al parecer, también en la propia capital, se han dirigido a sus respectivos ayuntamientos para exigir que las piscinas municipales segreguen debidamente a los hombres y a las mujeres o para que, al menos, exista un horario especial mediante el cual las mujeres musulmanas, las suyas, puedan bañarse al abrigo de miradas de hombre alguno, musulmán o no. Ante este mensaje medieval, coherente al fin y al cabo con el islam teórico y con sus prácticas sociales en los países en los que impera, algunos alcaldes se han adelantado a responder muy educadamente que no es posible ya que la Constitución no permite ese tipo de segregaciones y que lo más que pueden hacer es limitar esa separación a los vestuarios.
El de Cervera, localidad en la que se escenifica la Pasión de Cristo cuando llega la Cuaresma en el espectacular teatro que construyó el propio patronato y que sigue siendo un modelo de buen trabajo y de mejor tradición, fue el primero en decir que no, que muchas gracias por la sugerencia (si pueden, por cierto, no descuiden conocer ese pueblo, su universidad, sus murallas, la Paería, la iglesia de San Antonio, merecen una visita: gente buena y ‘ferma’ como su tierra). Inmediatamente algunos malpensados han comenzado a elucubrar lo que ocurriría si algún día un musulmán obtuviera una alcaldía en las comarcas del Segre: a no ser que lo impidieran determinados resortes legales, nos tendríamos que tragar dobladas sus pretensiones. ¿Es ese un escenario posible? Gran pregunta sin respuesta clara y determinante.
A tenor de la alianza de civilizaciones que, por lo visto, tenemos que tejer con elementos de este jaez, valdría aventurar que el envalentonamiento y descaro con el que plantean reivindicaciones, que ni por asomo contemplarían a la inversa en sus lugares de origen, viene consentido de largo por la actitud tolerante de muchos partidarios del multiculturalismo.
Efectivamente, desde la descerebrada y anacrónica exigencia de estos colectivos de musulmanes, ninguno de los severos líderes sociales que tanto velan por laicismos militantes y otras muestras de anticatolicismo, ninguno, ha abierto su boquita de piñón. Supuse, desde mi ignorancia definitiva, que un alud de asociaciones feministas saltarían de sus asientos de milimétricas observadoras del match diario que juegan hombres y mujeres en la sociedad para ensordecernos a todos con su protesta firme y tajante. Pues menudo chasco. Ni una. Pero es que ni una. Ninguna de estas valerosas gudaris de la igualdad ha mostrado su solidaridad con las mujeres musulmanas que tienen que bañarse con hábito y a las que pretenden encerrar en una alberca solitaria para que remojen sus carnes al atardecer.
Son culturas con tinte atávico que irán transformándose a medida que convivan con la realidad de occidente, piensan. O deben pensar. ¡Y una mierda! Más tiempo llevan en Francia y la imposición del velo sigue sin resolverse a pesar de la determinación inapelable del Estado francés. Cuando los colectivos musulmanes exigen que, por ejemplo, no se les pueda practicar cacheos corporales, que se retoquen leyes del ruido para poder expandir el llamamiento a la oración en barrios enteros, que se creen tribunales especiales y voluntarios para juzgarles según la arcaica Shariah de la que tenemos alguna noticia ya o crear un criterio ‘Rushdie’ de la justicia y poder actuar enérgicamente contra los que critican el islam –por ejemplo, este artículo–, están soliviantando la progresión hacia la justicia y la igualdad que emprendió occidente cientos de años atrás. Si no se es tajante en la defensa de esos valores y se juega con gilipolleces de alianzas, de multiculturalismos, de ‘tolerancias’, de ‘talantes’ y de legislaciones especiales en función de cómo se inclina uno al rezar, estamos perdidos.
Así que espabilen todos esos vigorosos custodios del laicismo. Tienen una oportunidad magnífica para elevar su protesta por las pretensiones de este puñado de majaretas residentes en Lérida. Demuestren su valentía y su celo. A ver si hay cojones, que aún no han dicho ni esta boca es mía.
Y si no, ya sabemos. A bañarnos con turbante todos.
9 comentarios:
Yo cada día entiendo menos!!debo de ser muy rarita, porque si esos señores quieren que a sus mujeres no se las vea en la piscina, que no vayan...vamos digo yo!!!Claro que es mi humilde opinión...Como sigamos cediendo, mal nos veo!!!!Un beso Juancar
Cuando digamos de hacer algo y rebelarnos ante sus ideas y exigencias, será demasiado tarde.
Y sino, al tiempo.
Besos, Juancar!
Estábamos dando un paseo y descubrimos tu blog. Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al miércoles 3 de marzo de 2010 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.
Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
Y si tienes una escalera, mándanosla a edusiete@gmail.com y la publicamos inventándonos una historia.
En referencia a tu entrada te diré que cada ación tiene su contraria. Así, ante la imposición en España de que las mujeres no votaran se hizo una lucha y se consiguió el objetivo. En Marruecos, por ejemplo, ante la libertad por decreto ley y la igualdad por el mismo decreto, aparecen movimientos integristas y aparecen más velos y mujeres tapadas. En Palencia, unos abogados quieren que desaparezca un cristo de lo alto de una montaña; aparecerán muchos más con muchas nuevas ideas que a algunos nos parecerán retrógradas. Siempre ha sido así.
Esto es de locos!!!!!que está pasando que nadie dice nada???no lo entiendo.
A estas alturas de la vida y que aún estemos con estas cosas.... me parece increible!! pero vamos, que hacer lo que se dice hacer... nadie hace nada!
Besitos
Ni dicen nada, ni lo van a hacer. Además hay un problema añadido. tienen más hijos que nosotros, a los que educan en su religión, así que no es extraño que en un futuro lleguen a gobernar.
Y que Dios nos proteja, que Allah no lo va a hacer.
Mónica Pues eso que no vayan o si van que no pidan condiciones especiales,en fin, creo que estamos en una guerra de civilizaciones,de occidente y el islam y veremos quien puede más...
Un besos
Lourdes Estoy contigo,hay que cortarlo d eraís,es como los niños si no les educas desde bebe y van hacienod lo que quieren cuando son adolescentes no los puedes controlar.
Un beso Lou
Stultifer Muchas gracias por el premio,lo colge de inmediato en el blog,bien visible.
NO entiendo lo d ela escalera...
Un saludo
Vane Lo mismo que el decia a LOU.
Un besazo
Vane Eso digo yo a estas alturas....
Un besin
Titajú Estoy contigo,pienso que dominaran el mundo, y si no tiempo al tiempo....
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