La Dirección General de Tráfico (DGT) ha impuesto una multa de 30.000 euros a la productora que de la película “Larry Crowne, nunca es tarde” por promocionar conductas temerarias al aparecer en el cartel publicitario Tom Hanks y Julia Roberts conduciendo una moto sin casco.
Es cierto que la Ley de Tráfico prohíbe expresamente en su artículo 52 "la publicidad en relación con vehículos a motor […] con incitación a la velocidad excesiva, a la conducción temeraria, a situaciones de peligro", pero no es menos cierto que estamos hartos de ver carteles publicitarios de películas donde aparecen los actores con armas, ensangrentados, en situaciones de violencia extrema, etc. y no por ello son multados.
Aunque es verdad que tres de cada cuatro motoristas fallecen a consecuencia de heridas en la cabeza y que el riesgo de sufrir una lesión cerebral se multiplica por tres, si el conductor o pasajero de motocicleta no lleva puesto el casco hay que entender que se trata de una película, o sea una situación irreal interpretada por actores y no creo que haya que ser más papista que el Papa en estos casos.
La única explicación que me queda a este absurdo es el afán recaudatorio de la DGT en estos tiempos de crisis. En ese caso, mejor que se ceben con una productora americana que con los "pobres" conductores españoles.
Es cierto que la Ley de Tráfico prohíbe expresamente en su artículo 52 "la publicidad en relación con vehículos a motor […] con incitación a la velocidad excesiva, a la conducción temeraria, a situaciones de peligro", pero no es menos cierto que estamos hartos de ver carteles publicitarios de películas donde aparecen los actores con armas, ensangrentados, en situaciones de violencia extrema, etc. y no por ello son multados.
Pienso que la DGT debería de preocuparse de cosas más importantes como el intentar mejorar los numerosos puntos negros que hay en nuestras carreteras y dejarse de chorradas, cuando además se trata del cartel publicitario de una película americana donde no se si el uso de casco es obligatorio en todos sus estados.
En tal caso debería prohibir el pase de películas donde se cometan infracciones en la conducción como exceso de velocidad, adelantamientos indebidos,…o si no metemos en otras disciplinas: asesinatos, violaciones,…
La única explicación que me queda a este absurdo es el afán recaudatorio de la DGT en estos tiempos de crisis. En ese caso, mejor que se ceben con una productora americana que con los "pobres" conductores españoles.
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